viernes, 4 de abril de 2014

Estas ganas tontas de llover


Los recuentos son duros:
las horas sin llamadas,
los espacios vacíos que repiten tu nombre,
esos ecos que pierden su dignidad de voces
para ser un castigo.

Porque amarse es difícil pero pasan
los días y aquí estamos
descifrando los códigos de los primeros besos.
Y no te hablo de amor, que es una apuesta
tardía y sin avales.
Te hablo de la esperanza
de las conversaciones,
del espacio común de las cafeterías,
no del punto final sino del viaje,
de tardes con terraza y músicos callejeros
o del trazado firme de los trenes.

Yo te busco en la calle abarrotada
para no hablar de amor sino del tiempo,
del tiempo entre tus manos, de los años
en que fuimos historias en distintos relatos
y de estas ganas tontas de llover.


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