lunes, 12 de agosto de 2013


Porque estás en los mapas igual que una pregunta
me he tatuado una brújula que me orienta a tu cuerpo
y tres relojes blandos
donde se escurre el tiempo sin vida en que te pierdes.

Hay quien maldice rostros en el fondo de un vaso,
agresiones al alba con los primeros trenes.

Cuando fallan de pronto todos los instrumentos
de localización, queda tu foto
y un beso prometido en coordenadas precisas,
y una fecha marcada en un horizonte incierto.

Nos queda, en el trayecto, la memoria,
señal de ti y abismo de promesas;
el único equipaje del viajero.